En los albores de la década del setenta, un grupo de personas inició una conversación en torno a cómo poner en marcha una serie de procesos de aprendizaje que ayudarían a liberar y canalizar el potencial que reside en las comunidades de la región del Norte del Cauca. En el centro de este proceso estaba, por un lado, la convicción firme de que el ser humano es; “como una mina, rica en gemas de valor inestimable”, y que, mediante una educación apropiada, es posible traer a la existencia dichas gemas, y por otro, la concepción de que la participación de las poblaciones en un proceso de generación y aplicación del conocimiento, liberaría fuerzas constructivas que ayudarían a mejorar las condiciones de vida de las comunidades y sus pobladores.

 

      Desde el comienzo este proceso  educativo ha estado iluminado por la visión que Bahá’u’lláh trajo para el mundo: el despliegue de una nueva Civilización Mundial. Como fruto de estos empeños surgió el Instituto Ruhí, institución  que ha contribuido a realzar la capacidad de las personas y nutrir sus almas mediante la educación espiritual y material. Varias generaciones de nortecaucanos y personas de diversos lugares del mundo han participado en los programas del Instituto Ruhí, logrando desarrollar un especial sentido de compromiso con el mejoramiento y progreso de sus comunidades, y participando de manera activa en los esfuerzos por transformar la realidad de sus localidades.